VIVIR, ¡QUÉ GRAN SUCESO!
A veces me pregunto qué es esto de vivir...
¿Vivir es trabajar? ¿Vivir es relacionarse? ¿Vivir es respirar? ¿Procrear? ¿Caminar? ¿Dormir? ¿Despertar? ¿Alimentarse?
Reír, amar, jugar, llorar, soñar, bailar, discutir, ganar...
¿Qué es vivir? ¿Qué le hace al ser humano un ser viviente?
Aquí no se encuentra respuesta certera, aunque sí se puede contestar ante el contraste de resonancias que dejan diferentes experimentaciones. Aceptando la inevitabilidad de aquello que uno no decide, se prefiere la vibración que dejan miradas bondadosas que abiertamente se exponen al encuentro, que el impacto del conflicto entre dos partes que defienden su verdad independiente. Se prefiere la armonía que se desvela a través del arte, que el sonido de un tiroteo.
Se desea que un paseo en calma por esta vida, permitiendo la sorpresa creativa de aquello que sana al presenciarse, cual concierto improvisado que regala sonidos del más allá en el más acá. Ya se decía en algún momento, que la música partió de la sanación y la sanación llegó en forma de música. Quiero vivir, aún sin saber muy bien qué es esto.
Eso sí, sonando, vibrando, sanando.
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